Ese sabor que no es dulce, ni salado, ni ácido, ni amargo. Es umami: el quinto sabor. El que da profundidad, cuerpo y esa sensación de “no puedo dejar de comer esto”.

Los hongos silvestres están cargados de umami. Por eso su sabor es terroso, intenso, casi hipnótico. No es casualidad que los grandes chefs los busquen para dar alma a sus platos.

El umami fue descubierto en Japón, pero vive en cada rincón donde la naturaleza se toma su tiempo. En los hongos que crecen bajo robles, en la fermentación lenta, en los ingredientes que no se apuran.

En La Alacena del Alquimista, seleccionamos hongos que no solo tienen sabor, sino historia. Porque cuando entendés el umami, entendés que cocinar también es una forma de alquimia.

 

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